Manolito, nos ha dejado, ya no podremos disfrutar de su presencia terrenal, de su amable sonrisa, de sus gestos de cariño, de su abrazo de amigo y hermano, ya no se encuentra entre nosotros físicamente, pero seguro es, que Manolito siempre estará en un rincón de nuestros corazones, al igual que seguro es, que Manolito no faltará a ninguna de nuestras citas cofrades a ninguna de las citas de cuantos acontecimientos se celebren en Jerez, ya que él si estará presente y vigilante desde los balcones del cielo.
Manolito ya disfruta de la presencia del Padre, de ese Padre bueno que lo ha querido para sí, para acogerlo entre sus brazos y para que le cuente cuan grande es esta ciudad de Jerez de sus amores, y como son sus gentes, ya que Manolito, es, ha sido y será, sin hablar, uno de los grandes cronistas de Jerez.
La Santísima Virgen María, en cualquiera de sus advocaciones, ya lo ha arropado con su manto y se encontrará contenta de tenerle a su lado, como buen hijo que es.
Manolito, no has podido conocer esa coronación, de la Esperanza, que tantas veces me has dicho, pero a buen seguro, que algún día, cuando Dios así lo quiera, disfrutarás de la misma desde el mejor de los Palcos, en la mejor de las compañías, la de Dios Todopoderoso y la de la Santísima Virgen María.
Para despedirme darte las gracias por tu amistad sincera, por ese abrazo y beso, cada vez que nos encontramos en la calle y por hacer extensiva esa amistad a todos los míos.
Que Dios te tenga en su Gloria.
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